Ayer en la noche, mientras recogía los trastes en la cocina, miré el reloj y emití el usual llamado para avisarte que era hora de irnos a acostar para descansar. Como es usual, me dijiste "no mamá, no es hora de dormir. Al ratito." Dejé pasar unos minutos más y cuando fuí a buscarte, esto es lo que encontré. Un decidido intento de dormir en la caja de leche vacía con la que habías estado jugando.
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