te veo con otros ojos

Ahora a finales de septiembre, Kino tuvo oportunidad no solo de fotografiarse sino de convivir también un poco con su dos bisabuelas (materna: Ofelia y paterna: Carmelita). Me parece que a la edad que ya tienen estas dos señoronas, el objetivo ya no es tolerar al bebé a fuerzas y sacarlo de apuros (eso le toca a los papás), sino más bien disfrutarlo por ratitos mientras el niño no llora y mientras es simpático y hace gracias.

En ambos casos, las bisabuelas pronto tomaron a Kino en brazos y lo tuvieron listo para el apapacho, las papabritas al oído y la foto. Nuestras abuelas abrazando a nuestro hijo...

En ambos casos, fue maravilloso darnos cuenta de qué afortunados somos y de cuán afortunado es Joaquín de haber coincidido al menos por instantes con estas dos mujeres. Mujeres añosas pero fuertes, cansadas pero enteras. Mujeres que hicieron una vida sin quejas ni complicaciones. Mujeres que atravesaron campos y desiertos inimaginables.

Ellas por supuesto nunca leerán estas líneas (¿la bisabuela bloggeando en interné?... no creo), pero quizá en el fondo de sus corazones hayan guardado el olor maravilloso del bisnieto y lo recuerden justo antes de dormir. Quizá hayan grabado en su memoria los ruiditos del bebé y los escuchen en el fondo de su cabeza mientras untan crema en sus manos... o mientras miran a través de la ventana viendo el tiempo pasar.