Kino he pensado mucho en tí.

Estas vacaciones me han hecho pensar mucho. Hace 1 semana y media que estás de visita con tu papá y tus abuelos, y hace 1 semana y media que estoy sin tí. Los días pasan algunos entretenidos, otros más lentos, unos cuantos bajo la resignación más pura del universo. Pero todos, absolutamente todos, te pienso un chingo hijo.

Hace un rato estaba organizando algunas fotos y tropecé con un video de cuando te bañas. Lo grabé hace unos 10 días. Ahí apareces perfectamente bichi y feliz, con la cabeza llena de espuma. Con la voz más dulce de que eres capaz me avisas que ya te quitaste todo el jabón, e intentas cerrar el agua. Yo casi en completo silencio, solo te observo, te grabo, seguro te comencé a extrañar mientras te veía, sabiendo que pronto estaría estos días sin tí.

Ahora que no estás conmigo, y que inevitablemente siento celos de compartirte, recuerdo cuánto te amo y cuánto agradezco que estemos compartiendo juntos este mundo en que nos tocó coincidir.

Aquí una imágen de nuestro viaje en avión, donde tú, claro, me deslumbras con esa facilidad que tienes de maravillarte con todas esas cosas que para el resto del mundo son absurdamente cotidianas. Te extraño hijo.